Para evaluar la vigencia del Estado de Derecho, se puede analizar en dos áreas principales. La primera implica observar hasta qué punto se asegura un trato equitativo y justo para todas las personas que residen en un territorio. La segunda se enfoca en cómo se establecen y aplican las reglas que regulan el funcionamiento del poder estatal. Esta idea impone al Estado la obligación de respetar las normas que lo constituyen, limitan su acción y protegen a los ciudadanos.
Para considerar que un Estado tiene un Estado de Derecho sólido, es necesario considerar varios elementos clave que son fundamentales para su correcto funcionamiento:
Observa con atención cada elemento de la siguiente infografía.
Legalidad
El principio de legalidad, también llamado primacía de la ley, se refiere a la supremacía de la ley sobre cualquier acción o actividad del poder público. La legalidad es un valor fundamental que permite tanto a los ciudadanos como a los gobernantes vivir en un entorno de justicia, donde se respete el Estado de derecho y se protejan los derechos humanos y la dignidad de todos.
La legalidad no es solo un conjunto de normas que guían la actuación de instituciones y ciudadanos, sino también un conjunto de virtudes que generan la convicción de que las leyes son justas y valoradas. Representa la materialización de nuestros ideales más profundos, y una ley tiene fuerza no solo por cumplir con las formalidades de su promulgación, sino porque refleja los objetivos colectivos que deseamos alcanzar. En este sentido, todo lo que provenga de un Estado debe estar regido por la ley y no por la voluntad individual de las personas en la sociedad. Así, la legalidad abarca todo aquello que se realiza dentro del marco de la ley escrita.
Por ello, es crucial que todos los miembros de una sociedad respeten la ley para lograr una mejor convivencia. De igual manera, ningún gobernante puede actuar en contra de lo estipulado en la Constitución, donde se recogen las normas fundamentales del Estado; mientras ejerce su cargo, todas sus decisiones deben estar sometidas a la ley.
Legitimidad de las leyes
Se habla de legitimidad cuando una norma jurídica es acatada sin necesidad de recurrir al uso de la fuerza, y apela a los principios de ética o justicia que debe incorporar toda norma. Esta legitimidad se divide en dos tipos: formal y material.
Lee con atención la información de la siguiente infografía.
Por lo tanto, la distinción entre "legalidad" y "legitimidad" es fundamental en cualquier Estado democrático de Derecho. Por lo que te invitamos a revisar con atención la siguiente información.
Lee con atención la información de la siguiente infografía.
Acceso a la Justicia
Hablar del acceso a la justicia se refiere a un derecho fundamental que garantiza que todas las personas puedan hacer valer sus derechos de manera justa y equitativa ante la ley, sin sufrir discriminación por motivos de género, raza, edad o religión. Un Estado de Derecho no puede consolidarse si no asegura las condiciones que permitan un acceso igualitario a la justicia. Partiendo de esta premisa, el sistema de justicia se convierte en una pieza clave para que los ciudadanos confíen en el cumplimiento del orden jurídico, con especial atención a los grupos más vulnerables.
En síntesis, el derecho de acceso a la justicia, como se ha mencionado, es un derecho fundamental que debe ser respetado y garantizado. No hay justificación para que los Estados lo vulneren. Las democracias deben implementar sistemas legales eficientes, garantizar la calidad de los procesos de selección de los jueces, fortalecer la independencia judicial y promover políticas públicas que permitan a los tribunales funcionar de manera efectiva.